Viaje por el Recuerdo

Acabo de volver de un viaje por el recuerdo... a veces es bueno. Es tiempo de pararse a pensar, tiempo de detenerse y echar la vista atrás y contemplar el camino recorrido. 

He viajado por el recuerdo y por la nostalgia de los momentos que no volverán. Las personas que nos dejan porque quieren o porque no tienen más remedio que irse, se llevan trozos de nuestro corazón, pedazos insustituibles de nuestras vidas... son como el nordeste que arrastra todo a su paso y lo tira allá en el mar, donde no podemos alcanzarlo.

 He vuelto a mis raíces, paso a paso, en soledad, en la quietud de la tarde... he contemplado el crepúsculo de mi adolescencia, los días azules de los veranos pasados y he recordado con infinita tristeza a mi abuela, que se fue... con ella se han ido tantas cosas..., sé que ya nada volverá a ser lo mismo, siempre habrá una habitación vacía, alguna pregunta mía que no encontrará respuesta y un jardín lleno de hortensias donde echarla más de menos. 

Y luego he vuelto a pasear por la playa, a caminar por el puerto, al lugar donde amé por primera vez... me parece imposible que hubiera existido un tiempo en que quería escapar de allí, de todos, de mi familia, de mis amigos... aunque sé que al irme lejos de casa, me encontré conmigo misma y pude hacerme regresar. 

 Si te vuelves a mirar siempre se aprende algo nuevo, el pasado siempre deja una enseñanza que nos ayuda a afrontar el futuro, a ser mejores personas. Hay que vencer a los recuerdos, atesorarlos sin que nos duela, vencer al miedo... 

Gracias mil veces por la felicidad que vamos encontrando a cada paso... por tener la oportunidad de volver a empezar, por el amor verdadero...

 Recuerda que cada persona que amas llenará un rincón de tu corazón y nunca olvides de donde has venido, asume tus errores, no reniegues de ti mismo... porque eso es lo que te ha hecho ser quien eres.