Pequeños descubrimientos

Sigo por mi camino...me gusta ir hacia adelante, siempre hacia el horizonte, no saber lo que me espera,pero ver la amplitud del mundo que serpentea ante mí sin final, sin el recuerdo del principio que un día tuvo.

No sé de donde vengo ni hacia donde voy, sólo sé que quiero llegar hacia esa puesta de sol,allá sobre el mar. Un sol naranja, rojo, malva, inmenso que es como una explosión total de pura intensidad.

Allí me gustaría acabar mi camino,consumirme en un último estallido de felicidad y caer cerca del Nirvana.

A veces holgazaneo y me detengo a contemplar el paisaje, entonces, en sitios insospechados, encuentro gente que me hace sentirme bien, que enriquece mi yo esencial ... me doy cuenta de que a menudo malgasto mi tiempo en compromisos absurdos, que tiro mis horas, mis minutos o incluso mis segundos, porque hasta un segundo de desgana, es tiempo desperdiciado.

A veces me miro desde otra galaxia mientras hablo de temas que me interesan más bien poco o casi nada, con personas con las que no me siento del todo a gusto y me pregunto a mi misma “¿qué estás haciendo aquí?,lo que buscas no lo vas a encontrar en este sitio”.

De pronto, de la forma más sencilla , empiezo un curso de alemán (que me será muy útil, pero en el fondo me daba pereza) y después de apenas quince días, una buena mañana en el Guru gúru me encuentro riendo por algo que ha dicho Manolo, arreglo el mundo con Enrique, hablo de algún trabajo con Merchi, o con Javi, o con Vero... y sin más, caigo en la cuenta de que lo que me está alimentando no es la media tostada ni el café del desayuno...